Escrito por: Monica Mintz

Coach ontológico senior y Psicóloga

No es lo mismo cambio que transformación. El cambio generalmente aparece ante una situación externa que nos interpela a tener que adaptarnos. 

Pensemos por ejemplo en lo que ha implicado la pandemia en la transparencia en la que transcurría nuestra vida. 

Frente a una situación de cambio es natural sentir un desequilibrio y probablemente una variedad de reacciones típicas que dan cuenta de la incomodidad de tener que adaptarnos a aquello que cambió, desafiándonos a salir de nuestra zona de confort. 

A veces nos da miedo y huimos, otras lo evadimos, quizás nos resignamos ante él, o bien nos resistimos. Todo cambio implica entonces una necesidad de adaptarnos frente a una resistencia de adaptación.  

¿Cuál es la diferencia con la transformación? La transformación ocurre desde dentro e implica la incorporación del cambio. Ya no se trata de alguien o algo que nos dice que tenemos que cambiar, sino que es uno mismo (o un grupo, o una comunidad) que decide hacerse cargo activamente de aquello que desea transformar movilizado por una conexión profunda con el sentido. 

Entonces cuando hablamos de transformación, nos referimos al cambio con sentido.

Cambiar significa hacer algo distinto, es decir, quedarnos a nivel de las acciones, lo que implica un aprendizaje que llamamos de primer orden. En cambio, cuando hablamos de un proceso de transformación requerimos disponernos a aprender una nueva manera de observar el mundo para poder acceder a nuevas acciones, que incluso no teníamos disponibles, para que nos habiliten resultados distintos a los que venimos obteniendo.  

La transformación implica por lo tanto un aprendizaje de segundo orden y, para ello, tenemos que estar dispuestos a revisar nuestros sistemas de creencias, nuestros modelos mentales. 

¿Cómo podemos abordar un proceso transformacional? 

 

En Newfield Network estamos convencidos de que para transformarnos en nuevos observadores necesitamos vivenciar un aprendizaje experiencial que trascienda la incorporación de conocimientos, herramientas o tecnologías. 

Esta metodología promueve que el participante pueda transformarse en un observador lúcido de su propia experiencia y desde ahí, sintiéndose protagonista, lo transfiera a su quehacer personal, social y profesional. 

Basados en el coaching ontológico, facilitamos procesos de aprendizaje conscientes en las personas considerando de manera integrada el cuerpo, las emociones y el lenguaje, tres dominios fundamentales que articulan la transformación personal. 

Aprender con otros y de otros es también la clave. Aprender constituyendo verdaderas “comunidades de aprendizaje” es un proceso que tiene un enorme poder. 

En las reuniones de aprendizaje grupal experimentamos el modelo del observador nos vamos reconociendo como otros legítimos: 

  • Aprendemos a respetar al otro aun cuando sea muy distinto a mí y a mi forma de pensar. 
  • Incorporamos nuevas formas de relacionarnos. 
  • Ampliamos nuestras habilidades de escucha. 
  • Accedemos a nuevas posibilidades de vincularnos con mayor satisfacción y bienestar. 

¿Cuáles son los beneficios de un proceso transformacional? 

 

A nivel personal, un proceso transformacional requiere que podamos identificar las “lentes” desde las cuales percibimos a los otros y a nosotros mismos, distinguiendo quiénes estamos siendo dado los aprendizajes que hemos tenido provenientes de nuestra herencia cultural, familiar, histórica, experiencias de vida, educación, entre otros.  

El objetivo está en poder elegir conscientemente cuáles de esos aprendizajes queremos conservar, cuáles necesitamos dejar atrás y cuáles requerimos incorporar para lograr los resultados que nos propongamos.  

Como consecuencia de aquello, podemos decir que un proceso transformacional nos habilita a tener una nueva mirada acerca de nosotros y del mundo al que pertenecemos, lo que nos permite acceder a acciones que probablemente no teníamos disponibles hasta ese momento y por lo tanto nos acerca a obtener los resultados que buscamos en los diferentes dominios de nuestra vida. 

Consideramos que el coaching ontológico puede llevarse desde lo individual hacia las organizaciones de las que forman parte las personas que toman el programa, generando un aprendizaje exponencial que podrá impactar a diferentes niveles. Por ejemplo, en el desarrollo de la escucha de las inquietudes de los equipos de trabajo, en la posibilidad de sostener conversaciones efectivas para la acción, en el establecimiento de compromisos con sentido y en el cuidado de su cumplimiento, en generar contextos emocionales que motiven la colaboración y el diseño de un futuro compartido. 

La misión fundamental de nuestro programa ACP es formar personas con distinciones ontológicas al servicio de conversaciones poderosas y con sentido, que se sientan inspiradas hacia el servicio y la generación de comunidades que trabajen colaborativamente en el respeto y la inclusión del otro. 

Movilizar el aprendizaje transformacional requiere, por parte de quienes acepten el desafío, disponerse a transitar el camino del aprendiz comprometido. Un camino que se inicia a través del poder generativo del lenguaje, con la declaración de ignorancia. Punto de partida de un proceso de aprendizaje significativo. 

2 Comments

  1. Paula Reymond

    Quisiera tener más información de la certificación de coaching y su valor.

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  2. Lorena de la Fuente

    Buenas tardes, soy Lorena y quisiera saber más sobre el programa de certificación de coaching, la próxima fecha en que se realizará y el costo del programa.
    Gracias!

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